
La sucesión de gobernadores con mirada estatal consolidó un Estado bobo: útil para sostener estructuras, pero inútil para diversificar la economía.
Con una mirada estatal: todos los gobernadores de Tierra del Fuego fueron empleados públicos. Desde la provincialización en 1991, Tierra del Fuego estuvo gobernada por dirigentes con carrera en la administración pública: José Arturo Estabillo, Carlos Manfredotti, Jorge Colazo, Hugo Cóccaro, Fabiana Ríos, Rosana Bertone y Gustavo Melella. Todos llegaron al poder desde el Estado, consolidando un modelo dependiente de la coparticipación, los impuestos y el presupuesto más que de la generación de recursos productivos genuinos. Hoy, con la mirada liberal del presidente que impulsa el achicamiento del Estado, el esquema fueguino queda expuesto: un aparato elefantiásico, con salarios bajos, 50% de pobreza y escasa diversificación económica.