
Una persona murió durante una excursión al Ojo del Albino y el caso vuelve a poner en debate los recaudos para senderos de alta exigencia en Tierra del Fuego
Ningún control médico ni buen estado físico garantizan evitar imprevistos, pero la prevención, la evaluación personal y el conocimiento del terreno ayudan a reducir riesgos en entornos donde la exigencia física, el clima cambiante y el terreno técnico requieren mucho más que una simple caminata. En este contexto, una persona mayor de 50 años, oriunda de Buenos Aires y de visita en la provincia, se descompensó de manera repentina durante una excursión al Ojo del Albino, uno de los senderos más exigentes de Tierra del Fuego. Fue asistida en el lugar y trasladada en helicóptero debido a la complejidad del terreno, pero falleció posteriormente en la guardia del Hospital. Aún no hay información oficial sobre las causas —si se trató de una patología preexistente, un episodio inesperado o una descompensación vinculada al esfuerzo—, aunque el hecho vuelve a instalar el debate sobre la preparación, la planificación y el equipamiento necesario para este tipo de circuitos de montaña.













