Un libro que reafirma el compromiso de construir soberanía desde el valor de la memoria histórica

Mientras Gran Bretaña trasplantó súbditos de la corona para poder escenificar una presencia de la potencia del norte, los hermanos Vernet ya habían trabajado codo a codo con gauchos como el célebre Rivero, afrodescendientes y colonos que ya vivían de la época colonial: todos hombres y mujeres que los acompañaron y que luego fueron expulsados por no acatar a los usurpadores.
Hoy, en un siglo XXI donde podemos decir que el mundo avanzó en materia de descolonización, también debemos aclarar que somos testigos a pocos kilómetros de uno de los poquísimos enclaves coloniales que persiste y que poco y nada tiene que ver con el sentimiento de arraigo de los isleños británicos: la importancia geoestratégica de las Islas Malvinas, su posición geográfica de paso hacia la Antártida, su rol potencial de abastecimiento de buques en el Atlántico sur y su valor hidrocarburífero que podría colocar a las Islas en un status similar al de los emiratos productores de petróleo, son los ejes de una ocupación ilegítima.